martes, 12 de febrero de 2008

La caja invisible



Existe una caja invisible que cambia cada día de lugar cada día, a veces cada semana si hay demasiada gente esperando para entrar.

Se trata de un bloque cúbico cuyo escondite conocen cuatro afortunados. Es un sitio lóbrego y triste físicamente pero con una carga emocional muy fuerte. Mucha de la gente que ha entrado afirma haber pasado momentos muy intensos: unos han llorado; otros, en cambio, rieron como en la rutina de sus vidas no estaban acostumbardos a reír.

La caja invisible es uno de esos lugares que la gente quiere encontrarse al menos una vez en la vida. Es un lugar donde uno se siente a uno mismo a través de los demás. Sin duda, se trata de un lugar mágico y especial.

Y hoy me ha sonreido la vida porque, yendo de camino a casa, me encontré con la caja invisible. Desde luego no me la esperaba de ese modo pero tampoco podría decir que me haya decepcionado. Entré dubitativo en un principio, pero enseguida supe que iba a ser una de las experiencias más importantes de mi vida.

Estuve sentado durante, aproximadamente, una hora y cuarto viendo a la gente pasar por una de las calles más transitadas del lugar. La música me acompañó en todo momento: serena, simple. Cientos y cientos de personas corriendo de un lado para otro de manera automática, sin sentir ninguno de los aparentemente decididos pasos que dan.

Sin embargo, me sorprendió que aún quedara gente de esa que no es automática, de ese tipo de personas que todavía no han sido transformadas ni transgredidas por la era de la tecnología. "Tres sonríen mientras este parece triste. Allá a lo lejos se distinguen dos que van de la mano, ¡parecen felices!."

Salí cabizbajo de la caja invisible. Este tipo de experiencias son increiblemente fortalecedoras, pero también apabullantemente desoladoras. Ver mientras tu permaneces inmóvil cómo la gente se vuelve simplemente diferente, cómo dos que se odiaban ahora se quieren, cómo tres amigas dejan de serlo de manera instantánea..., no son sensaciones ante las que todo el mundo se permite permanecer impasible.



CWM

1 comentario:

Miss Halfaway dijo...

Este es aún mejor que el anterior, es sencillamente precioso :)
Yo quiero tener la oportunidad de entrar en la caja invisible.
Genial, genial :)