viernes, 23 de mayo de 2008

Strange bedfellows







Lleva esperando catorce minutos en el lugar acordado, un inóspito café donde el olor a tabaco seco es más fuerte de lo que ella pensó que sería en un principio. Sus expectativas frente a lo que sucederá esta noche no son demasiado alentadoras pero ahora ya no puede decir que no, ella es una mujer de palabra. Quince minutos esperando y su boca comienza a saborear un segundo café, demasiado amargo para su gusto.


La puerta de la cafetería se abre y acto seguido un desaliñado e insípido treintañero de pelo oscuro toma asiento a su lado. Como acordaron, ella lleva puestos los pantalones vaqueros que se compró en el verano del 87 para ir a ver a Bruce Springsteen a su concierto de San Francisco; él, la camiseta amarilla con que le había visto horas antes a través de la cámara web. Aunque ambos saben cómo acabarán las cosas, pasan los minutos y ninguno se atreve a entablar una conversación que, por otro lado, resultaría totalmente innecesaria.


Ella gira la cabeza para divisar más detenidamente al muchacho. Sin embargo, él mantiene la mirada al frente anclada en un punto fijo. Sabe que niní43 lo está observando pero aún no están todos los comensales sentados en la mesa y él todavía no tiene la autorización para seguir adelante. No obstante, una cerveza de marca extranjera, otro café y unos cuantos minutos después una chica no demasiado especial cerraría el círculo de manera definitiva.



No es el momento de fingir nada, eso vendrá posiblemente con la carta de postres. La entrevista visual que tuvieron esta tarde les ha resultado insuficiente. Es algo evidente.











... CWM ...



2 comentarios:

Anónimo dijo...

we only have four seconds to save the world...

tic tac tic tac



molaaaaaaaa

Miss Halfaway dijo...

Moderno !
Con el contacto visual a veces vale, y es más placentero(no normalmente).
pero a veces no es lo que uno necesita, algo más que unas miradas